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jueves, 13 de marzo de 2014

SENTIMIENTO INTERIOR




Lamentablemente es verdad. Que ingratos somos los hijos a veces con los padres

que siempre están dispuestos a ayudarnos, pero no les respondemos con la misma moneda



















         
   
       

                              SENTIMIENTO INTERIOR



Mis ojos ahora no distinguen
tan bien como distinguían,
ni mis oidos ahora captan
pláticas ni melodías.

Ahora resuenan en mi interior
con energía y enorme claridad
esos gritos... apagados,
de niños que al no poder disponer
de alimentos, vacunas y medicinas,
agonizan abandonados.

Igual de fuertes resuenan los gritos
de los pueblos por el hambre
masacrados,
con esas guerras sin fin
van huyendo de la muerte,
de la escasez de lluvias y pérdida de
sus ganados, que allá donde viven
se encuentran desarraigados.

Y los miles de ancianos que después
de larga y sufrida vida de trabajo
llena de privaciones ahora se ven
relegados,
les invade la tristeza al sentirse abandonados,
y ante su grave enfermedad hartos de tanta
injusticia agonizan de soledad.

Ahora ha cambiado la vida con la crisis,
los parados no pueden subsistir,
personas que perdiendo sus hogares
son arrojadas a la calle
y muchos de nuestros hijos han regresado
al hogar, donde los padres son de nuevo
la piedra angular.

Son tan generosos que además de compartir
sus pensiones,
pan y ahorros noche y día sin cesar,
piden al Dios de los Cielos que nos
vuelva a años atrás.




Etiqueta.- Mariano Padilla Bayonas

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