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martes, 15 de abril de 2014

HISTORIA DE UN PIROPO






                         HISTORIA DE UN PIROPO
                     
 Etiqueta.- Mariano Padilla Bayonas


NOTA DEL AUTOR

Cuando terminen de leer la historia que les voy a relatar a continuación, a algunos de ustedes tal vez le resulte graciosa, a otros por el contrario les parecerá un relato ordinario y lo consideren de mal gusto, será graciosa u ordinaria, lo que ustedes quieran, no lo se; lo que si es cierto es, que es (valga la redundancia) un caso verídico, por consiguiente lean y después juzguen en consecuencia.

                                              oooOooo


Pues si, como de costumbre salí a pasear aprovechando el frescor de la mañana; era agradable caminar a esa hora y no con el agobiante calor del mediodía.

Caminaba por una céntrica calle cuando vi acercarse aquel monumento, aquella mujer, era alta, morena, delgada, con su larga melena color azabache descansando sobre sus hombros y por si esto no fuera suficiente, encima era preciosa, una belleza... en fin lo que se suele decir en estos casos, era una mujer de … ¡ bandera !.

Al llegar a mi altura no tuve mas remedio que pararme, me detuve y volviéndome fui siguiéndola con la mirada; si por delante era preciosa, por detrás era divina: esa espalda perfecta, cintura estrecha, con una retaguardia en forma de ánfora y unas piernas largas y rectas que embutidas en aquellos zapatos de tacón de aguja, marcaban un contoneo que obligaba a la gente volver la cabeza para admirar tanta maravilla; no me pude contener, no se como ocurrió ni tampoco como surgió de mi boca, solo se que se me escapó la frase y le dije:

    ¡ NENA, ESTA MAS BUENA QUE UN BUEN CAGAR !

¡ Se paró en seco !, parecía como si hubiera tropezado con una pared... se volvió, sus ojos echaban fuego y acercándose a mi me dijo:

  • Es usted un grosero, un mal hablado y demuestra no tener la mas mínima educación al decir tal cosa; debería darle vergüenza ir por el mundo diciendo tales frases ¡ grosero !, pero en fin en este mundo tiene que haber gente para decir esa clase de groserías; gente para todo.

La verdad es que me dejó seco, no me dio tiempo a reaccionar pues a ser sincero no me esperaba esa respuesta y creo que la frase no merecía tal reacción pues al fin y al cabo solo era un piropo, piropo algo raro pero eso, un piropo. Cuando vine a darme cuenta ya se perdía a lo lejos su esbelta y frágil figura. A algunos viandantes que pasaban por mi lado les apareció en la boca una socarrona sonrisa; fui en ese momento el hazme reir de la concurrencia y deseé que me tragara la tierra. No sabían que quien ríe el último es el que ríe mejor, como así sucedió.

Me explico y ahora viene el final de la historia; pasaron los días, transcurrió un mes aproximadamente desde aquel lamentable encuentro, cuando en la misma calle y a la misma hora, ¿ a quien creen ustedes que veía acercarse ?, ¡ sorpresa !, ¿ me engañaba la vista ?, ¡ si ! Era la misma morena, aquella mujer de bandera que me sacó los colores aquel día y esta vez tenía que procurar no decir nada, que trabajo me iba a costar pues no había mas que verla... así que procuré pasar desapercibido observando los libros que había expuestos en el escaparate de una conocida librería.

Pero no fue así, se ve que me recordaba, a mí y aquel momento porque al llegar a mi altura se detuvo, me miró fijamente y dirigiéndose a mí me dijo: (enseguida me puse en guardia pues esperaba lo peor, una continuación o suma y sigue de aquel nuestro primer encuentro, pero no...)

  • Señor, seguro que se acuerda de mí y quiero pedirle disculpas por la contestación que le dí aquel día; le ruego que me perdone pero resulta que ese día regresaba de la consulta de mi médico y... ¡ me explico !, en aquellos días estaba padeciendo de estreñimiento y lo que mas ansiaba era llegar a casa cuanto antes, irme al baño y ver si conseguía arrojar todo lo que llevaba dentro... así que me senté, puse mis puños a la altura de mi rostro y empecé a apretar y a apretar... pero nada, lo único que conseguí que me salieran fueros dos lagrimones como garbanzos de tanto esfuerzo... ¡ unos sudores que afloraron en mi frente... ¡ mi cara roja como el tomate de tanto apretar !, ¡ de tanto esfuerzo y de contener la respiración !... y así una y otra vez hasta que se oyó aquel... ¡¡¡ ploooof !!!, ¡ Ay que gusto !, ¡ que alivio !, ¡ que descanso !, ¡ que delicia !... todo lo que se pueda decir y mas es poco, y en ese preciso instante recordé y comprendí el significado de su piropo... el mejor piropo que me han dedicado en mi vida.

Desde entonces aquella “morenaza” y yo somos los mejores amigos del mundo.


OTRA NOTA DEL AUTOR.- No se precipiten al juzgar como la “morenaza” y digan que esta historia es una ordinariez y de mal gusto, está basada en hechos reales y a los incrédulos, ¡ ojo ! que les podría suceder algún día lo que a los protagonistas de esta historia y entonces lo comprenderían y no opinarían lo mismo, como opinó la morena en un principio.


                                                    

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