La verdad es que despierta el apetito nada mas verlas |
VAYA
DIA
Febrero día diecisiete,
dos y media del medio
día,
me voy al campo con mi
Encarna,
con mi primo y con mi
tía.
Se han preparado para
comer,
con mucho amor y
alegría,
estas patatas al horno
que aparecen en la
fotografía.
Que placer tan hermoso
el disfrutar de este
sabor divino,
que sabe mejor junto a
tu mujer
y tres buenos vasos de
vino.
¡Mirar que color dorado1
que despierta los
sentidos,
se lo da el aceite que
hay debajo
y que aumenta el sabor,
con una buena capa de
ajo.
Condición obligada
al disfrutar de este
placer,
es que si ajo come el
marido,
también lo coma la
mujer.
Y así entre comida y
comida,
entre chistes, bromas y
“risis”
pasamos buenos ratos,
y nos olvidamos de la
crisis.
Hay alguien que no las
aguanta,
como la vecina María,
pero todos le decimos:
¡Cállate!
come y calla, que la
vida son cuatro días
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